lunes, 10 de abril de 2017

XVII MEETING-CROSS BAENA "CIUDAD DEL OLIVAR Y EL ACEITE", CÓRDOBA (12.000m). 8 ABRIL 2017



SEXTO JUNIOR-PROMESA EN EL CROSS DE BAENA.



El sábado pasado se disputó el XVII Meeting Cross "Baena Ciudad del Olivar y el Aceite", una competición incluida en el Circuito Cordobés de Carreras Populares 2017. Mi relación con el Cross es puntual (aquí siempre que pueda estaré), y lógicamente condicionado tanto por mi calendario de competiciones como por mis carencias técnicas y actitudinales para enfrentarme a situaciones que se plantean en pruebas así.
Llegué al día de la carrera cansado, debido a una semana de entrenos que tampoco dio tregua. Desde el miércoles llevaba arrastrando un poco de anginas, y llegué al viernes sabiendo que el sábado sería un día duro.


Una prueba donde por el simple hecho de que corra Cristóbal García Guillén (Líder Nacional de Duatlón en 2016) y Loli Jiménez Guardeño (Campeona del Mundo de Obstáculos en 2015 y 2016), ya tiene suficiente prestigio. Allí se juntó un cuarteto de mucho nivel. Con Paquito Vallejo, vencedor en la Milla Ciudad de Córdoba; Rafael Bermúdez, Campeón en Cañero; Javier Ponferrada, Campeón en la Milla de Montilla; y Rafael Sánchez, reciente vencedor en la Media de Castro del Río y ganador del Cross en 2016. El pódium absoluto estaba hecho.
Conociendo ya un poco como va esto, corrí desde el principio a buen ritmo, y en zonas complicadas, no me compliqué. Evitar una caída o una torcedura de tobillo, que me pudiera romper la temporada, era primordial.


Carrera en "solitario" en un día de mucho calor, lo cual me hizo difícil llevar un ritmo homogéneo. En los dos primeros kilómetros me encontraba muy bien, pero esto acabó pronto, seguidamente, sufrí mucho, los dos siguientes kilómetros se me atragantaron. No me notaba bien de piernas, tampoco subiendo, donde normalmente me desenvuelvo mejor. Intenté mantener la concentración durante la carrera, y que los kilómetros pasaran uno tras otro, con el pensamiento en que llegarán momentos más difíciles. La mente, ahí es "casi todo".


Los kilómetros pasaban. Sobre el 6°km tuve pequeños amagos de calambres en las piernas. Aunque sufría mucho, también disfrutaba en los senderos estrechos, donde me envolvía la vegetación, donde tenía que saltar ramas, troncos, correr y pensar donde apoyar, donde evitar esa fatídica piedra que te hiciera rodar. Los voluntarios, me animaban, con la misma fuerza que te transmitían las pendientes que subía. Me hacían sentir alguien importante en ese día. En cada avituallamiento bebí agua, la calor te hacía no parar de sudar, e hidratarse era fundamental.


Llegué a la última parte de la prueba con pocas fuerzas, es donde peor me noté, sobre todo por molestias en las piernas, subí la última rampa, intentando no andar, y buscando esa recta de meta que tanto me inspira.
Pero incluso así, creo que ha sido mi mejor carrera en la distancia. Entré el 47º de la general y 6º de mi categoría en 55'21", arropado como todos, por familiares, amigos, y gente que aunque no corrieran, tomaban como propio el esfuerzo de los que nos colocamos ese día el dorsal. Como local, llegué 8º a meta.


Una vez más quería aprovechar la ocasión, para dar las gracias a mis padres, a mi hermano (que esta vez decidió participar), a mi familia y a la gente que me apoya y anima.


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